Las humedades que se van originando a causa de la condensación pueden llegar a representar un problema muy serio y molesto para la vivienda. Las paredes, los techos, los suelos, los tabiques, los muros, las ventanas o las columnas pueden llegar a padecer esta problemática. La acumulación de vapor de agua en el interior de las casas suele ser uno de los detonantes del conflicto.
No obstante, esta adversidad puede ser combatida, e incluso prevenida, merced a la acción eficiente de aislamientos térmicos de garantías y de calidad. Entre los materiales que pueden erigirse en adecuadas soluciones podemos citar los siguientes: el vidrio celular, el corcho aglomerado, los paneles de fibras vegetales, las perlas expandidas, la vermiculita, los paneles sándwich, las espumas elastoméricas, las espumas de poliuretano, el poliestireno extruido o expandido, las lanas de roca, etc.
Todos estos materiales aislantes térmicos pueden comportarse de una manera eficaz frente a la amenaza que representan las humedades por condensación. Es importante recurrir a estos aislamientos, ya sea colocándolos en el exterior de las fachadas, en las paredes interiores de las habitaciones y estantes o inyectándose en las cámaras de aire de las paredes.
Las espumas aislantes inyectadas son otra alternativa a tener en cuenta, de manera que se inyectarían por medio de pequeñas perforaciones en los muros y tabiques. Además de velar por la prevención y corrección de humedades por condensación en las paredes, techos y suelos, también es vital estar atento al estado de las ventanas; lo ideal será apostar por las ventanas que tengan rotura de puente térmico y cristal doble. No obstante, no podemos dejar pasar por alto que los aislamientos térmicos pueden combinarse con otras medidas, como la pertinente ventilación de los espacios. Elevar el grado de aislamiento de ventanas y paredes será siempre algo del todo recomendable.