Estudios universitarios han afirmado que los techos que se encuentran cubiertos por distinto tipo de vegetación en su totalidad, representan una medida eficiente para contrarrestar las consecuencias del cambio climático. Su opinión parte de un principio que indica menos contaminación y ahorro energético al tener vegetación abrazando el techo de las casas o edificaciones.
Universidades ibéricas han realizado investigaciones al respecto, y precisaron que la cantidad necesaria de áreas verdes para que el método sea efectivo es entre 207 y 740 hectáreas. Si se aplicara esta medida en la mayor parte de los hogares de una región, supondría una disminución sustanciosa de contaminación en ese territorio, aislaría los hogares para una mayor eficiencia eléctrica y menos costos en la factura de esta área, y palearía los aumentos de temperatura.
El autor de este estudio expreso que combatir el calentamiento global, requiere desesperadamente de un acercamiento o método global para mayor eficiencia y resultados más prontos; sin embargo, antes de cruzarse de brazos a sufrir las consecuencias del calentamiento global, los remedios o planes locales son una alternativa adecuada para ver resultados positivos.
La arquitectura y diseño urbano mundial actualmente se encuentra cubierta por un protagonista muy obvio, el cemento. Esta iniciativa y otras similares sugieren un cambio a este paradigma estructural, hacia un concepto de ciudades más naturales y menos congestionadas por la huella industrial del ser humano. No solo es más saludable vivir con un oxigeno más puro y menos cargas eléctricas, sino que estéticamente es muy agradable a la vista contar con vegetación abundante.
Otros proyectos de las mismas fuentes han evaluado relacionar la arquitectura urbana con métodos no convencionales para combatir el calentamiento global, entre los cuales destacan la jardinería vertical y la acuaponía (forma acuicultural de producir vegetales y peces).